Democracia Familiar y prevención de la violencia de padres a hij@s
La familia nuclear ha ido sustituyendo lentamente a la familia extensa en nuestra sociedad actual, este hecho parece inofensivo por sí mismo, pero a su vez a impulsado una serie de cambios en la organización y desde luego la estructura de la familia mexicana contemporánea.
Sumado a lo anterior, las transformaciones sociales producto de la promoción de los derechos humanos y el feminismo, propiciaron un desarrollo muy importante en todas las esferas de la vida de las mujeres. Su avance y desarrollo proponen una nueva visión, pero especialmente un reto para los hombres, mismos que enfrentan una grave crisis en diferentes aspectos de su vida. Los hombres que desaprueban estas transformaciones, representan un riesgo para ellos mismos, sus parejas, hijas e hijos y naturalmente para otros hombres.
Desde hace algunas décadas, organismos internacionales, como las Naciones Unidas, han puesto en relieve la importancia de la familia como agente socializador y reproductor de las relaciones e interacciones más importantes de la familia; a ésta se le encomienda la práctica de la tolerancia, como, una condición básica para lograr el entendimiento y el respeto de los derechos humanos. Naciones Unidas proclamó a 1994 el año Internacional de la Familia con el lema: “Construyendo la democracia más elemental en la base de la sociedad”.
Algunas Convenciones y tratados internacionales, a los que México ha ratificado, enfatizan la importancia del trato justo, no violento, respetuoso, equitativo e igualitario, que debe prevalecer al interior de la familia. Como agente socializador, las familias son un importante ingrediente para que los individuos logren una adaptación social adecuada. La cooperación, el afecto, y la solidaridad son necesarios para desarrollar familias más sanas y justas. Todo el mecanismo social conformado por: familia, escuela y centros de trabajo están involucrados en el proceso socio-cultural, que puede fomentar valores democráticos en los individuos, desde el hogar hasta la vida pública e institucional.
La igualdad del hombre y la mujer en la casa o en el empleo, la atención, cuidado y la educación de los hijos, así como la distribución equitativa de las tareas domésticas en el hogar, deben conformar una responsabilidad compartida por los padres.
Se vuelve prioritaria una nueva forma de construir estos vínculos familiares y sociales, siendo la promoción e implementación de valores democráticos al interior de la familia, el camino más adecuado para revalorar desde lo individual, hasta lo social modificando los viejos patrones machistas, promotores de la desigualdad y la violencia de género.
ESCÚCHANOS LUNES 9 DE AGOSTO A LAS 20:00 HRS EN RADIO CIUDADANA 660 AM
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