viernes, 27 de agosto de 2010

Próximo programa...


MACHISMO Y HOMOFOBIA


A pesar que la diversidad sexual es un hecho cotidiano y cada vez más común en las calles, nuestra sociedad como la mayoría de las latinoamericanas, está muy lejos de aceptar con plenitud los derechos de los homosexuales, bisexuales, transgénero y lesbianas.

Los movimientos organizados de estas comunidades o de la llamada “diversidad”, han puesto en relieve el rechazo, la persecución, los crímenes de odio, y hasta el homicidio, por estas razones de preferencia u orientación sexual.

Pero, ¿por qué se promueve la homofobia, es decir el odio hacia las personas con una forma diferente de vivir su sexualidad? Dos razones importantes se mezclan en la ignorancia de las personas: las creencias religiosas (no olvidemos que somos un pueblo guadalupano y muy católico) y por otro lado el machismo, que ha sido una herencia grave de nuestra colonización. El machismo no sólo desvalora y violenta a las mujeres, sino todo aquello que pueda ser, parecer, emular, o acercarse a “lo femenino”, puesto que ello implica: debilidad, sutileza, fragilidad, sensibilidad, ternura, etc., características radicalmente opuestas a “lo masculino”, símbolo de poder, estatus, fuerza, supremacía, dominio, control, etc.

En los países latinoamericanos, existe suficiente evidencia histórica, de la persecución que se ha hecho desde la época colonial, en contra de las personas con una orientación sexual diferente a la heterosexual. Sin embargo, no hay que ir lejos en la historia de México para demostrar que esto ha sido una constante en la cultura de nuestro país; el rechazo y violencia hacia los homosexuales es parte del entrenamiento masculino hacia el machismo supremo.


El sexismo es cotidiano entre nuestra población, medios masivos de información, iglesia, escuela, familia y otras instituciones de estado, han promovido la descalificación, burla, ó rechazo de las personas de la diversidad sexual. Las justificaciones son múltiples, en el aspecto religioso por ejemplo, la homosexualidad atenta contra el matrimonio, “institución sagrada” en la que se debe practicar la vida sexual con la clara meta de la procreación.

No hay duda de la violencia, dirigida hacia aquellos cuya orientación homosexual pareciera amenazar el entorno de “los machos”, quienes se acreditan el honor de despreciar, humillar, insultar, golpear, torturar e inclusive asesinarlos.

La familia es el primer espacio, donde se fomenta la burla y el rechazo de las personas homosexuales; los apodos, motes, chistes y sobrenombres, de los que son víctimas, pretenden “corregir el defecto” de un hijo ó hija, quienes manifiestan actitudes diferentes a las esperadas, de acuerdo a sus genitales y la familia se adjudica la labor “terapéutica” de corregirles, a veces utilizando la violencia como supuesto “método pedagógico”, especialmente sus padres.

Aceptar la diversidad sexual de una manera plena, constituye todo un reto para las sociedades modernas, donde más allá de consentir ó “respetar a medias” los derechos de estos seres humanos, entendamos con una verdadera responsabilidad, las diferencias entre las personas así como el hecho de la libertad de elegir.

Invitados: Diana Laura Guerrero Sandoval y Mario Sánchez Pérez

Lunes 30 de agosto a las 20:00 hrs. por Radio ciudadana


martes, 24 de agosto de 2010

Escucha el programa:

VIOLENCIA EN LA PAREJA

Síntesis del programa del 23 de agosto

Tuvimos nuevamente la presencia de Roberto Garda, director de Hombres por la Equidad, para continuar nuestro trabajo en el tema de la violencia.
La violencia en la pareja es un tema muy importante y de proporciones lamentables. Las cifras que muestran las estadísticas difícilmente reflejan la realidad de la problemática. Roberto señaló la importancia de la actitud de los entrevistadores, no sólo para quienes recaban datos para estadísticas, sino de los profesionales que atienden estos casos, en diversas entidades.
Nuestro invitado especialista, comentó que el fin de la violencia es controlar a la otra persona, es un recurso para inyectar miedo, para quien la recibe se paralice y pierda la confianza en sí misma.
Las personas cercanas a la mujer que vive violencia, se enojan con ella y tienden a culpabilizarla, cuando no deja la relación. Sin tomar en cuenta que la mujer que es maltratada se mantiene allí por el miedo, la inseguridad, la no confianza en sí misma; quien ha sufrido violencia está emocionalmente debilitada y muy probablemente tenga daños en su salud física. Lo que debe hacerse es no descalificar, sino acompañar a la mujer y darle un mensaje alternativo, para que pueda enfrentar el maltrato. Tratar de transmitirle información, sobre todo de a dónde asistir para recibir orientación o apoyo, es algo muy importante para que la persona pueda tener opciones y se recomienda al familiar, trabajar el enojo propio en terapia. Las mujeres que sufren violencia, pueden sufrir consecuencias ó “un castigo”, al tratar de salir de la relación violenta, por lo que es primordial comprender la problemática de la mujer violentada.
Las mujeres que han tratado de salir del ciclo de violencia y que reiteradamente no han recibido apoyo, reciben un mensaje de continuar en la relación, a pesar de ser lastimadas en alguna forma. Ellas deben: aguantarse, así es la vida, todos los hombres pegan, etc.
Algunos hombres se enganchan con mujeres sumisas, debido a que han crecido pensando que al unirse a una mujer de esas características, no les van a causar problemas, ó que no van a ser cuestionados en su autoridad, y de esta manera él coloca su estabilidad emocional en lo que ella hace.
Roberto señaló la importancia de ayudar a los hombres a reconocer lo que es la violencia; entendiendo el daño que se comete hacia la pareja y los hijos. Algunos hombres tienen actitudes no sólo de tipo violento, sino también de solidaridad y cooperación; sin embargo y a pesar de las prácticas de equidad, en las que todos los hombres transitamos, hay hombres que al sentirse cuestionados en su masculinidad, en su virilidad, ó retada su autoridad, responden de manera violenta, demeritando todo lo positivo que realizan en la relación con la pareja ó los hijos.
Nuestro invitado nos aclaró el tema de los “micromachismos”, término de Luis Bonino. Refiriéndose a prácticas cotidianas de abuso y desgaste en la pareja: silencios, no cooperar en casa, omisiones, críticas, y que en realidad éstos son formas de violencia. Los hombres somos responsables de nuestras prácticas machistas y violentas, de nuestras emociones, inseguridad, baja autoestima, etc.
Roberto concluye que sería ideal que los hombres reconozcamos nuestras actitudes violentas y que nadie nos merecemos vivir en una relación violenta. No se puede salir sola de una relación con maltrato, se requiere de ayuda externa, más allá del consejo ó de” la plática con la comadre” y no basta con libros de auto-ayuda. Se requiere de la experiencia del especialista, quien debe ser plenamente capacitado y sensible a la problemática de la violencia en la pareja ó en la familia.

viernes, 20 de agosto de 2010

Próximo programa


Violencia en la pareja



La violencia hacia la pareja es un tema importante de atender, pues se sabe que la mayoría del maltrato que se ejerce dentro del hogar es cometido por los hombres hacia las mujeres.

De acuerdo a las estadísticas en México:

1 de cada 5 mujeres sufre de violencia de la pareja actual (21.5%)

34.5% ha sufrido violencia de la pareja alguna vez en la vida (1 de cada 3)

•2 de cada 3 mujeres han sufrido de violencia familiar alguna vez en la vida (60.4%)

•Hay 14 muertes de mujeres por día

•Dos de cada tres homicidios y suicidios de mujeres en México ocurren en el hogar

La violencia contra las mujeres es un fenómeno que se presenta en todos los estratos socioeconómicos. No distingue: edad, condición económica, grado de estudios, etc.

La violencia doméstica es un asunto que involucra a la sociedad en su conjunto, no es un suceso privado. El impacto de ésta en nuestro país es grave: hay costos sobre la salud de las mujeres; también hay costos económicos importantes, así como un costo social de gravedad: la violencia familiar produce desintegración, enfermedades y muerte, familias expulsadoras, adicciones, y es promotora de la violencia social.

La violencia familiar puede reproducirse de una generación a la siguiente, debido a los aprendizajes de género es común que los varones jóvenes la manifiesten en sus relaciones de noviazgo. Se ha establecido una correlación entre delincuencia en mujeres y hombres que provienen de familias violentas.

La violencia en la pareja es uno de los principales impedimentos para el desarrollo de las mujeres porque lastima su vida de manera física y emocional; reduce su confianza en sí mismas y disminuye su autoestima; limita su participación en la vida pública, dificulta las opciones de la mujer, restringiéndole información y los servicios, ésta también oprime sus derechos.

La violencia al interior de la familia es un delito y para ser sancionado debe romperse el silencio que la encubre. Es común pensar que las mujeres que viven algún tipo de violencia con su pareja, la disfrutan y por eso no dejan la relación. Una importante cantidad de mujeres no buscan ayuda porque sienten vergüenza o falta de confianza; algunas que se atreven enfrentan más violencia de su pareja; consideran la violencia familiar como un asunto privado; creen que no tienen alternativa; preocupan por los hijos o porque tienen la esperanza de que su pareja cambie.

La violencia contra la pareja se puede presentar de diferentes maneras: física, emocional, económica ó sexual; de acuerdo a la experiencia de los servicios que atienden a las víctimas de ésta, es frecuente que más de una de estas formas se perpetre. Toda forma de violencia causa un daño en las mujeres que la reciben y una importante cantidad la manifiesta como enfermedades psicosomáticas.

El miedo puede generar en la mujer violentada, una desesperanza que la lleve a intentar ocultarla (ó sus efectos), miente para proteger al perpetrador por temor a las represalias y usualmente las explicaciones de las lesiones por maltrato físico reportadas en hospitales y clínicas, no corresponden con el supuesto mecanismo que produjo la lesión.

Para modificar las prácticas violentas de los hombres, se requiere de ayuda externa, no basta con las buenas intenciones ni las promesas de cambio. Algunas parejas mantienen la esperanza que el esposo ó compañero detenga su violencia y esto no suele ocurrir, aunque hemos visto que en hombres de la tercera edad, aminora la violencia física, quizás debido al decline de la fuerza física, sin embargo la violencia emocional no aminora, sino más bien tiende a acentuarse.

Escuchamos el lunes 23 de agosto a las 20:00 hrs por Radio Ciudadana 660 am http://www.radiociudadana.imer.com.mx/

jueves, 12 de agosto de 2010

Escucha el programa


La construcción de las identidades es un proceso cultural, cuyas raíces trascienden el hecho biológico de nacer con vagina ó con pene. Un error frecuente en la comprensión de este fenómeno, es pensar que al nacer nuestros genitales determinarán nuestro comportamiento futuro, contrariamente a esto, los genitales no son por sí mismos, los que definen el carácter, personalidad, ni tampoco nuestra orientación sexual ó algún otro rasgo de la personalidad.

Ser hombre o ser mujer, no es algo determinado por lo biológico, sino más bien por lo socio-cultural. Somos educados para ser hombre ó ser mujeres, de acuerdo a los genitales con los que nacemos, sin embargo el complejo proceso que nos define, difiere del color con el nos visten al nacer.
Las instituciones como: familia, escuela, medios de comunicación, los amigos, etc., son determinantes en el proceso de aprendizaje de la identidad, ya que reproducen a través de mensajes claros o inclusive no implícitos, códigos de conducta esperada para cada sexo. Previo al nacimiento, con el conocimiento del sexo del bebé, los padres formulan una serie de expectativas desde lo físico hasta lo conductual, pero especialmente respecto al “deber ser” del futuro individuo.

El modelo de mujer implica sumisión, debilidad, dependencia, ternura, etc., el prototipo de hombre implica una serie de características asociadas a: la fortaleza y el dominio; control, poder, a la autosuficiencia, negación de lo emocional y afectivo, agresividad, etc.
Desde la teoría freudiana, la construcción de la masculinidad, es una renuncia a lo femenino y por supuesto todo lo que tenga que ver con esta (incluyendo la homosexualidad). La identificación del hijo varón con el padre, lo alejará de la influencia de la vida emocional y afectiva de la madre, para dar paso a su opuesto. Otra explicación de esa construcción es que los varones nos formamos, copiando a otros hombres y tomando lo que nos es útil o nos llena de estos.
La masculinidad, no es un hecho universal, varía según el lugar ó el momento de nacimiento. Por ejemplo, nacer hombre en una comunidad rural dista por mucho, de los significados que recibe un varón en la comunidad urbana, o en una familia judía, etc.
Los varones anhelan alcanzar la forma predominante de ser hombre, la llamada masculinidad hegemónica: hombre, blanco, heterosexual y con solvencia económica. La realidad nos hace sentir frustración y enojo, ante la imposibilidad de este logro, sin embargo existen otros matices de esta forma de masculinidad. Competimos desde la infancia, a través de los juegos y en la adolescencia en los deportes, sea por prestigio ó por conquista de las mujeres. La finalidad de vencer a los otros es confirmarnos como “verdaderos hombres” y auto-afirmarnos a través de la mirada de los otros varones.

Se espera de nosotros que en la vida adulta cumplamos la expectativa de formar un hogar y tener hijos, en no hacerlo podría provocar que nos etiqueten como impotentes, débiles ó cuestionen nuestra sexualidad, ó nuestra “hombría”, sinónimo de capacidad reproductiva lo cual amenaza nuestra integridad.

ESCUCHA ESTE TEMA EL LUNES 16 DE AGOSTO A LAS 20:00 HRS. POR RADIO CIUDADANA 660 AM

miércoles, 11 de agosto de 2010

ESCUCHA EL PROGRAMA DEL 9 DE AGOSTO

DEMOCRACIA FAMILIAR Y PREVENCIÓN DE VIOLENCIA DE PADREA A HIJOS E HIJAS


El tema de violencia al interior de la familia es un tema muy importante para el asunto de las masculinidades. Si bien la mayoría del maltrato infantil es ejercido por las madres, debido al rol y el tiempo que éstas pasan con los menores; el maltrato a niñas y niños es más contundente y violento en los padres.
La democracia familiar entendida como la participación de todos los miembros en la cotidianidad de la familia, puede ser una herramienta contundente para prevenir el maltrato infantil, nuestro invitado señaló la importancia de poder escuchar a los hijos, con sus grandes ó pequeñas preocupaciones, problemas ó inquietudes.
Otra sugerencia que el especialista sugiere es: no anular el llanto de los hijos, sino escuchar las emociones detrás de este; es parte de las habilidades que los padres debemos desarrollar. Se propone como técnica la “Escucha Emocional”, que de alguna manera forma un acompañamiento emocional de los hijos, quienes deben ser validados en las emociones de tristeza y las niñas se les debe permitir la expresión del enojo.
La importancia de prevenir se basa también en el manejo adecuado de límites, independientemente si se trata de familias uniparentales, los límites se deben poner de una manera que no sea un castigo para los hijos, sino como un marco de referencia.
En el caso de hijos adolescentes es muy importante la escucha y conocimiento de los gustos de estos, para poder acercarnos y crear vínculos con ellos, sin que esto implique que a los adultos nos guste necesariamente la música que ellos escuchan.
Nuestro especialista invitado, propone un cambio en el rol del poder a través del “tiempo especial”. Esta propuesta significa desde la visión democrática que el padre ó madre le ofrece a su hijo durante 10 ó 15 minutos, que el menor escoja la actividad a realizar, el adulto debe bajar sus habilidades y permitir que el menor “gane” en la actividad, siempre con una modalidad de juego y de diversión. Esto re significa y fortalece los vínculos de padres y madres con sus hij@s, lo cual a su vez mejora la autoestima de los niños. Con los hijos adolescentes, esta etapa no necesariamente tiene que ser de conflicto, si se hace un buen trabajo en los primeros diez ó doce años de vida, es importante acercarnos, generando vínculos más estrechos con ellos y que los intereses de los jóvenes deben atenderse y compartirse. La falta de comunicación y la no confianza, genera que los adolescentes busquen respuestas entre los jóvenes mismos, sin tener los recursos para atender adecuadamente sus dificultades.

viernes, 6 de agosto de 2010

PRÓXIMO PROGRAMA...



Democracia Familiar y prevención de la violencia de padres a hij@s



La familia nuclear ha ido sustituyendo lentamente a la familia extensa en nuestra sociedad actual, este hecho parece inofensivo por sí mismo, pero a su vez a impulsado una serie de cambios en la organización y desde luego la estructura de la familia mexicana contemporánea.

Sumado a lo anterior, las transformaciones sociales producto de la promoción de los derechos humanos y el feminismo, propiciaron un desarrollo muy importante en todas las esferas de la vida de las mujeres. Su avance y desarrollo proponen una nueva visión, pero especialmente un reto para los hombres, mismos que enfrentan una grave crisis en diferentes aspectos de su vida. Los hombres que desaprueban estas transformaciones, representan un riesgo para ellos mismos, sus parejas, hijas e hijos y naturalmente para otros hombres.

Desde hace algunas décadas, organismos internacionales, como las Naciones Unidas, han puesto en relieve la importancia de la familia como agente socializador y reproductor de las relaciones e interacciones más importantes de la familia; a ésta se le encomienda la práctica de la tolerancia, como, una condición básica para lograr el entendimiento y el respeto de los derechos humanos. Naciones Unidas proclamó a 1994 el año Internacional de la Familia con el lema: “Construyendo la democracia más elemental en la base de la sociedad”.

Algunas Convenciones y tratados internacionales, a los que México ha ratificado, enfatizan la importancia del trato justo, no violento, respetuoso, equitativo e igualitario, que debe prevalecer al interior de la familia. Como agente socializador, las familias son un importante ingrediente para que los individuos logren una adaptación social adecuada. La cooperación, el afecto, y la solidaridad son necesarios para desarrollar familias más sanas y justas. Todo el mecanismo social conformado por: familia, escuela y centros de trabajo están involucrados en el proceso socio-cultural, que puede fomentar valores democráticos en los individuos, desde el hogar hasta la vida pública e institucional.

La igualdad del hombre y la mujer en la casa o en el empleo, la atención, cuidado y la educación de los hijos, así como la distribución equitativa de las tareas domésticas en el hogar, deben conformar una responsabilidad compartida por los padres.

Se vuelve prioritaria una nueva forma de construir estos vínculos familiares y sociales, siendo la promoción e implementación de valores democráticos al interior de la familia, el camino más adecuado para revalorar desde lo individual, hasta lo social modificando los viejos patrones machistas, promotores de la desigualdad y la violencia de género.

ESCÚCHANOS LUNES 9 DE AGOSTO A LAS 20:00 HRS EN RADIO CIUDADANA 660 AM