MASCULINIDAD Y CULTURA
Masculinidad y Cultura
La construcción de la masculinidad es un hecho 100% social, hombres y mujeres dependemos de todos los ámbitos de influencia para fortalecer nuestros rasgos de personalidad.
Si bien la familia constituye la principal fuente de influencia para esa construcción, no es la única. Existen otros modelos fuera del espacio familiar que tendrán una influencia definitiva en este proceso.
En la adolescencia, los jóvenes buscan una identidad propia, que se aleje de esos valores familiares, dada la crisis del cambio de etapa de la infancia hacia la pubertad. Es en este momento cuando las expresiones artísticas, (especialmente la música), se convierten en el elemento de filiación más importante entre los varones. Compartir las afinidades, gustos y preferencias musicales, constituye por sí misma una forma de identidad y forma sub-grupos entre los varones de acuerdo a esa inclinación y los modelos que la promueven.
Las aspiraciones idealizadas de muchos jóvenes, están fuertemente ligadas a sus héroes artísticos, por lo que la manera de vestir, hablar o de comportarse, es una manera de verse a sí mismos, en un mundo donde tendrán que encontrar “su lugar”.
Otros factores importantes de influencia, son las costumbres de los pueblos. Éstas se generan desde diferentes hábitos sociales. El lenguaje y sus modismos, pueden tener una larga historia entre los pueblos. Las frases populares, refuerzan algunos comportamientos válidos para algunas culturas ó sub-culturas; pero particularmente conductas para ambos géneros. Así, encontramos en los refranes y, dichos populares, una fuerte influencia, que desde la cultura patriarcal motivará comportamientos “adecuados” tanto para hombres, como mujeres.
El machismo se sustenta a través de estas expresiones populares, sin ser cuestionado y a través de las costumbres, los aprendizajes de la desigualdad e inequidad se fortalecen en la mente de los individuos.
Finalmente, otras expresiones como los chistes y las bromas sexistas, también dan refuerzo a esos comportamientos esperados por la sociedad, para ambos géneros.
En una época donde el machismo mexicano, se convirtió en una forma social fuertemente aceptada, las películas del cine mexicano reflejaron por más de dos décadas, una imagen asumida ó copiada por los varones, quienes aspiraban sin cuestionamiento alguno, la imagen del macho dominante, controlador, bebedor, mujeriego, golpeador, que marcó la identidad masculina del hombre mexicano, generando familias disfuncionales, que perpetuaron este modelo de masculinidad.
En “Palabra de Hombre”, consideramos muy importante debatir el papel de estas manifestaciones culturales, que permita a los varones una actitud madura asumida desde la responsabilidad; ayudándolo a elegir modelos más sanos de identidad masculina y que a su vez lo alejen de aquellos que dañan y limitan su desarrollo pleno; integrando opciones o alternativas, con una visión de género más acorde a la nueva forma social que se asoma lentamente en la estructura social contemporánea.
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