martes, 9 de noviembre de 2010

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NUEVAS MASCULINIDADES

Hemos discutido la influencia de la herencia, de la cultura y sus expresiones para la formación de la personalidad de los varones. La discusión es aún interminable.

Las mujeres han avanzado en el ejercicio de sus derechos humanos, a partir de los movimientos organizados por más de cuatro décadas. Aunque aún no todo sean realidades de la equidad e igualdad, podemos constatar mejores condiciones de vida en algunas mujeres: acceso a educación, trabajo, derechos, política, etc. Sin embargo lo que nos interesa en “Palabra de Hombre” es discutir sobre la posición masculina. La crisis de la masculinidad nos ha empujado a un estado mental y emocional en el que los hombres nos hemos apertrechado, aun no siendo propiamente hombres machistas, los varones mantenemos en general una actitud de rechazo y enojo hacia ese avance de las mujeres, puesto que eso ha significado la pérdida de algunos de nuestros privilegios, como la plena libertad de ir y venir; no rendir cuentas de nuestros actos, al igual que de nuestro dinero; evadir la responsabilidad de la participación de las actividades del hogar, así como del involucramiento en la atención, cuidado, educación de los hijos. Si bien es cierto, algunos hombres han roto con el esquema y se han declarado en contra de la posición machista clásica, asumiendo una posición más flexible, participando, proponiendo, innovando, exigiendo derechos de paternidad hacia sus hijos, etc. Aún estamos muy lejos de afirmar que hemos logrado un cambio. Luis Bonino, nos habla de los “micromachismos”, como aquellos comportamientos que a pesar de no concebirnos, ni comportarnos propiamente como machos, los hombres mantenemos una posición conveniente sin dejar algunas conductas que dañan a la pareja ó a la familia, como lo es la violencia.

Se puede hablar de la aparición, no espontánea de otras formas de “ser hombre”, producto del cambio y exigencia de las mujeres en la gran mayoría de casos. Muchas mujeres “nos educan” moderando nuestros micromachismos, particularmente nuestras esposas e hijas. La crisis de la masculinidad nos ofrece la posibilidad de modificar lentamente, aquellos comportamientos dañinos, nos sólo con la familia, sino otros sociales como la violencia de género, los accidentes, etc. Uno muy importante que los varones en ocasiones, ni siquiera tomamos en consideración como lo es el autocuidado. La salud masculina se encuentra abandonada y frecuentemente los hombres evitan cualquier indicio de enfermedad, puesto que nuestros aprendizajes de género nos han hecho creer que lo anterior en síntoma de debilidad.


Con respecto a muchos otros asuntos de importancia como la paternidad, es visible la participación cada vez más activa de los varones, pero queda pendiente la parte institucional en asuntos como las licencias de paternidad, en la que la experiencia demuestra que a pesar de que ya hay instancias que se la otorgan, ¡los hombres NO las toman! Parece que la llegada de los hijos e hijas, sigue siendo un asunto de las mujeres. La actitud de los varones ante el nacimiento de sus hijos, puede promover a partir de una participación, un vínculo más estrecho hacia éstos.

La discusión, también se centra en que si la aparición de estas nuevas formas de ser hombre es realmente un producto de la equidad ó de “ser diferentes”. El impacto de nuevas formas de ser masculinas, abrirá la posibilidad no sólo de rechazar nuestros aprendizajes infantiles machistas, sino además producir un efecto psicológico en los varones que les permita resignificarse y comenzar a explorar poco a poco esos caminos desconocidos como: la afectividad, la no violencia, la emocionalidad, etc.

1 comentario:

  1. Muchas felicidades, por haber invitado nuevamente a Paco Delfín. Creo que siempre hay la posibilidad de encontrar caminos más equitativos de convivencia de hombre y mujeres.
    Me encantó el programa. Saludos y suerte.

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